LA MEJOR EXTRATEGIA
POR: Héctor Ramos A.
Jueves 15 de febrero, 2024
Quienes ya afinan baterías, toman aire y definen estrategias de todo tipo para iniciar sus campañas electorales son las y los candidatos a la presidencia de la República, a siete gubernaturas, a presidencias municipales, Congresos locales y el Congreso de la Unión: 128 senadurías y 500 diputaciones.
Son las elecciones más competidas en la historia de México, que se llevarán a cabo en 30 entidades federativas y por raro que parezca, quienes también ya corretean a unos y a otros, son los directivos de medios de comunicación que en esta temporada de elecciones hacen su “agosto”, como si se tratara de una práctica con fines estrictamente mercantilistas y no de cumplir con el derecho a la información que tienen los ciudadanos por mandato constitucional.
Es la época en que volveremos a ver, leer y escuchar en todo momento, pero ahora con mayor intensidad lo que se ha venido padeciendo desde hace ya tiempo, propaganda partidista y de mensajes con gran carga ideológica a favor de quien más dinero les apueste a los medios de comunicación. Pero también a los influencers´s, tiktoker´s y demás manejadores de redes sociales con los mayores seguidores en plena competencia.
Es el tiempo donde los medios de comunicación sacrifican el prestigio ganado a pulso y durante años, para convertirse en prácticamente los voceros de un partido o de un candidato. Hacen a un lado la verdad y se dedican a negociar la información, porque la información es poder; se ofrecen y venden historias, noticias e investigaciones a modo, como parte de un paquete de publicidad y estrategia de comunicación al mejor postor.
Se deja atrás la profesión y el rigor periodístico que exige ética e información sustentada en una investigación profunda; el medio se convierte en un repetidor de mentiras en voz de sus presentadores de noticias y conductores a modo, donde muchos, sin ser periodistas, pero bajo el disfraz de este, editorializan, calumnian y juzgan al adversario, pero a favor del cliente que mejor pagó por esos espacios.
Hay que entender que los medios de comunicación son empresas y que durante mucho tiempo abusaron del dinero público que les dieron los gobiernos en turno y, como en el pasado, prefieren cuidar al cliente que al periodista que les surte de información fresca y novedosa. Creen que el salario que se le paga alcanza para comprar su profesión y su conciencia; no necesariamente, porque cuando a un periodista se le obliga a que escriba lo que su jefe le dice, no es periodismo, es control de la información, convertida en manipulación.
Eso es lo que esperamos a partir del primero de marzo próximo, cuando se inicien la temporada de campañas políticas en el país y como dijimos líneas arriba, las más competida de los últimos años porque están en juego la continuidad de la Cuarta Transformación de México o el regreso de los corruptos que saquearon a México a lo largo de 40 años. No se escatimarán recursos en su intentona. Lo cierto es que mientras la derecha da la pelea en las redes sociales, la izquierda prefiere andar de pata de perro con ciudadanos de a pie.
¿Cuál entonces será le mejor estrategia? Ya lo veremos el 2 de junio.
h.ramos623@gmail.com
