- Por José Sobrevilla
LordMoléculaOficial
El abanico de profesionales de los medios que asisten a las conferencias mañaneras, aunque no se les reconozca, es sin duda muy amplio, y en cada uno de ellos se refleja parte de la historia del periodismo del país. Sus trayectorias han sido escritas en el paso por distintos medios, digitales, prensa, radio y televisión; pero en el caso de Juan Raymundo Hernández, acreditado en las conferencias mañaneras como corresponsal del “Diario Basta”, incluye también las relaciones públicas, un área aderezada a la carrera de comunicación, sobre todo en generaciones medianamente actuales. Juan, inició su carrera haciendo sus prácticas como periodista hace más de 25 años en el periódico El Nacional, con Jorge Calvimontes; todo ello mientras realizaba sus estudios en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, generación 1989.
Después de El Nacional trabajó para el periódico ‘El Día’, en lo que fue el suplemento ‘El Día Político’, con Roberto Vizcaino, y varias personas como Consuelo Aguilar, Juan Chávez Rebollar; después con Amador Narcia, Jorge Garralda en Radio Capital, posteriormente en Milenio y revistas especializadas como ‘NotiFarma’, ‘Notiabasto’. Antes de llegar al Diario Basta estuvo en la cámara de diputados como asesor en comunicación, así como para la revista ‘Actualidad política’.
“Me tocó ser parte —dijo Juan Hernández— de la primera generación de relaciones públicas en lo que fue Teletón, cuando aún no tenía área de prensa. Fue cuando la crisis de Teletón, hizo que dejara de recibir donaciones y nos tocó arreglar esa crisis originada por un escrito de Carmen Aristegui”.
En su perfil profesional, Juan Hernández ha llegado a trabajar incluso en laboratorios; y nos reveló que cuando laboró para Notifarma también lo hizo con la Asociación Nacional de la Publicidad donde era obligado saber de mercadotecnia y publicidad.
— ¿Cómo llegaste a las conferencias mañaneras y quién te acreditó?
Llegué por la invitación de Chucho Gallegos que fue quien me llevó a trabajar en el Diario Basta y a quien debo muchas cosas. Yo estaba como asesor en la Cámara de Diputados y ante su insistencia fue que entré a trabajar a Basta, en mi segunda etapa con Miguel Cantón, porque antes había trabajado con él en ‘Quehacer Político’ y también en su periódico ‘México Hoy’, en Coyoacán. Él fue quien me indicó como trabajar la mañanera y, el primer día que llego, me toca preguntar, y así como llegué, por ejemplo, esta semana pregunté tres veces.
— ¿Cuáles consideras que han sido tus preguntas más relevantes?
Más que preguntas trascendentes han sido momentos. Cuando estaba a punto de explotar la crisis del Covid19, había mucha presión hacia el presidente para que reconociera que estábamos en una crisis de salud; sí, era innegable pero no con la crudeza con que lo estaban manejando… con ese amarillismo. Entonces se me ocurre preguntarle al presidente… ‘mejor dígame cómo está blindando la economía ante la crisis propiciada por el Covid’. Recuerdo que le cambió el semblante y me dijo que no solo era por la crisis por el Covid, sino también por la caída de precios del petróleo, y que estábamos en una ‘crisis transitoria’, fue entonces que reconoció el problema, pero no con la crudeza que lo estaban manejando… fue una válvula de escape grande.
Otra cuestión que me tocó, fue tumbar a un funcionario de Fonatur, a un personaje que había cometido varios excesos en Quintana Roo, y con ello hubo la agresión a varios compañeros periodistas y me tocó a mí denunciarlo. Creo que fue uno de los primeros despidos del presidente López Obrador… Aunque ni siquiera fue despido, porque inmediatamente que hago la denuncia en la mañanera, terminando, me hablan de Fonatur para avisarme que el funcionario ya no laboraba en esa institución. Aunque claro, tuvo sus consecuencias legales por la agresión a un periodista que estaba investigando sus vínculos con algunas personas de escándalos muy fuertes aquí en la Ciudad de México.
Nos comentó Juan que uno de los capítulos fuertes que ha vivido fue lo de su contagio de Covid19 en Palacio Nacional. “Nomás fuimos tres los periodistas que sufrimos de manera grave este contagio. Estuve tres meses fuera de la cobertura, en los tiempos en que López Gatell realizaba sus conferencias prensa. Con él tuve encuentros y desencuentros, pero siempre hubo respeto.
A propósito, aseguró que todos los temas se pueden abordar a la hora de hacer una pregunta; todo depende de cómo formules el cuestionamiento, ya que se puede hacer periodismo sin necesidad de atacar al funcionario. Es algo que lo ha entendido el presidente.
— Acerca de que se venden las preguntas, de que hay periodistas a modo, ¿cuál es tu opinión?
No te puedo decir que haya venta de preguntas porque no me consta. Es uno de los mitos urbanos… El escaparate de las mañaneras, claro, llega a todos lados; de que puede haber preguntas pagadas, puede ser que sí, pero hasta ahorita no ha habido alguien que diga “a esta persona le pagaron tanto por esta pregunta”. Desgraciadamente muchas compañeras y compañeros han sido afectados por eso, y algunos han salido, quizá les han comprobado o quizá no, pero hasta que no veamos una prueba en video no podremos asegurarlo.
Hay muchos periodistas que vienen y combaten a favor o en contra …
— ¿Y de los que dicen que son periodistas a modo?
Es su forma, su estilo. A mí, por ejemplo, dicen que soy un periodista a modo, y no es así, porque también le he hecho preguntas escabrosas, simplemente es la línea del periódico. Yo no puedo ponerme a juzgar si el Reforma va y le da con todo… si lo vas a hacer tienes que hacerlo con bases, documentos, con todo lo que conlleva una investigación periodística seria. ¿Qué es ‘a modo’? es ¿que no le hagas una pregunta que le incomode? No necesariamente.
— Como ejercicio de comunicación política, para ti ¿Qué significan las conferencias mañaneras?
Son algo inédito, porque del tiempo que llevamos cubriendo, más de 25 años, creo que quien hizo un intento de ejercicio parecido fue Ernesto Zedillo, pero hacía una conferencia semanal… imagínate de una conferencia semanal a una diaria, no hay punto de comparación. Como jefe de gobierno, Andrés Manuel las hacía diario; primero banqueteras y después dentro del Palacio Virreinal. No sé si alguien pudiera superarlo. No creo. Porque aparte de hacerlo diario se va a las giras. Estas (las conferencias) son la mejor herramienta para contrarrestar campañas: Hay un ataque y al siguiente día responde. Ojo: esto que digo no es porque sea uno a favor de la 4T o de López Obrador, estoy hablando únicamente desde un punto de vista de la comunicación. Como especialista en medios, en análisis de las teorías de la comunicación.
—Como líder político, ¿qué opinión te merece el presidente?
Ha sido una persona tenaz, mimética: ‘o lo amas o lo odias’; pero eso sí, de que levanta tempestades, las levanta, pero también apacigua aguas. Ha sido muy criticado por sus modos, por todo, pero si te pones a analizar el contexto que ha rodeado a otros presidentes… De que ha habido fallas, es probable que las haya habido. A lo mejor abusos de otras personas, sí, pero también ha habido otras cosas que es loable tocar: ha habido acciones contra esas personas. También ha habido mucha manipulación, por ejemplo, lo de las vías férreas.
Yo no voté por el presidente, pero no lo hice porque nos tuvieron ese día en las coberturas, aunque en su momento no gozaba de mis simpatías, pero a medida que lo vas conociendo te vas dando cuenta que es una persona con buenas intenciones… Era tanto aquel bombardeo mediático que uno tenía el que te predisponía, pero vas conociendo muchas de las cosas que terminas diciendo: “¡va bien!”.
…Que no pudo aprovechar la primera parte de su gobierno, los primeros tres años, porque estos fueron muy complicados; ahí entró el fenómeno Trump, la pandemia que le quitó mucha presencia, pero si se hubiera mantenido bien, a la crisis del covid, estaríamos hablando de otras cosas. Y sí, es cierto, le está apostando a tener la mayoría en el Congreso, porque este —aunque quiera— no se va a poder. Es un cuate que tiene visión. Será interesante leer su último y el siguiente libro.
— Y estar en la última mañanera…
Me tocó estar en la última conferencia de López Gatell y he sido el único periodista al que le ha dado las gracias a nivel nacional. Me hizo un reconocimiento en el sentido de que fui el único periodista que estuvo desde la primera hasta la última conferencia; obviamente sin contar con el consabido contagio de covid.
— ¿Has sido alguna vez amenazado o agredido por tu trabajo como periodista?
Varias veces. Y hasta me han corrido. En el periódico El Día me corrieron a raíz de una serie de reportajes contra el PRI. Me decían: “sí, pégale muy duro, síguele pegando”, pero al final me dijeron, “lo siento ya no puedes seguir trabajando aquí”; y cuando me entero es que ya habían negociado publicidad, pero ya me habían dejado afuera.
Y así como eso, nos han puesto golpizas: Raymundo Collins en un desalojo del hospital pediátrico de Azcapotzalco, hubo una situación, a mi compañero Bernardo Parra lo estaban golpeando, llego a defenderlo y un granadero me levantó de un golpe con el escudo. Le quitaron la cámara y lo agredieron, y todavía nos iban a detener y a llevar… ahí tuvo que entrar el jurídico de la alcaldía de Azcapotzalco… en aquel tiempo derechos humanos ni existía, por ejemplo; y ya no volví a escribir del narco, porque recibí una amenaza muy fuerte: fue por un reportaje sobre casas de empeño ligadas con el lavado de dinero (del narco). Ahí sí me dio miedo porque hablaron a mi casa y mi mamá tomó la llamada. “Todavía recuerdo a mi señora madre cómo lloraba cuando me decía entre lágrimas: ¡hijo, te van a matar!”. Pero también es parte de lo que tienes que arriesgar.
