POR: Brenda Fonseca
Domingo 10 de marzo, 2024
En algo que ni los especialistas en materia económica esperaban, el miércoles y jueves pasado, el peso volvió a acortar la brecha con el dólar, aun y cuando aseguraron que era materialmente imposible que bajara de los 17 pesos, la moneda mexicana se fijó la esfera de los 16.81 y 16.91, en ambos días, llegó a niveles que no se habían visto desde enero.
Esta nueva embestida del súper peso mexicano sorprendió a propios y extraños, pues los especialistas aseveraron que en este mes de marzo se presentaría una reducción de la tasa objetivo por parte del Banco de México; no obstante, hay quienes más bien hacen pensar que la Reserva Federal dejará sin cambios las tasas, esto significa que se va a cerrar ligeramente el diferencial entre las tasas de dos los países.
Para los conocedores en esta materia, ante este panorama lo más lógico era un debilitamiento de nuestra moneda, incluso, los resultados de las exportaciones del mes de enero, que conocimos hace pocos días, reportan una clara desaceleración o una caída de los ingresos de divisas; pero por el contrario la moneda mexicana logró mantenerse por debajo de los 17 pesos.
Las apuestas favorables al peso mexicano en los mercados internacionales son tan amplias que los factores mencionados no bastaron para debilitar a nuestra moneda.
Cabe mencionar que el reporte de esta semana precisa que las reservas internacionales fueron del orden de los 213 mil 903 millones de dólares, una cifra 1 mil 141 millones por arriba de la del cierre de 2023 y 13 mil 635 millones de dólares por arriba de lo registrado hace doce meses.
Por su parte, para el cierre de este año, la encuesta de Citibanamex que fue publicada el pasado 5 de marzo, especula que en promedio el peso cerrará en 18.50 por dólar, pronóstico que para muchos no es confiable, dado las variaciones que se han presentado y que pese a diversos obstáculos y variaciones en el mercado cambiario, el peso se mantiene fuerte.
Lo cierto es que algunos hablan de una posible desaceleración de las exportaciones y remesas, así como una reducción del diferencial de tasas, lo que en consecuencia implicaría un tipo de cambio más alto, en los niveles que señalan los pronósticos.
Otros por su parte, apuntan a que dado el panorama actual no hay nada predecible, debido a las constantes fluctuaciones que han arrojado este sorprendente panorama en el que el peso se ha fortalecido frente al dólar de manera inimaginable, pues esto no ocurría desde hace décadas.
