REGRESIÓN
POR: Héctor Ramos
Jueves 18 de enero, 2024
En días previos leí algo de Freud sobre la regresión, que en sicología es un mecanismo de defensa que consiste en el retroceso del yo a un estado anterior del desarrollo.
En política, la regresión es cuando se priorizan los intereses partidistas traicionando los de la ciudadanía. Es el prometer, pero a la hora de actuar, es volver hacía atrás, es un retroceso, un desmejoramiento de la vida pública.
Un ejemplo de esta regresión es la presidencia de Fox, quien fue, para muchos -yo no vote a su favor-, el cambio prometido y no cumplió, defraudando a quienes con el llamado “voto útil” lo llevaron a la presidencia.
Uno de los compromisos que hizo Fox, con el que más se identificaron quienes buscaban un cambio radical, hartos del PRI gobierno, fue el que pondría fin al “sistema de complicidad, de privilegios y combatir la corrupción sin salvedades, pero sin venganzas políticas ni revanchas partidistas”. Así como el de combate a la pobreza y las desigualdades”.
No lo hizo, siguió la complicidad entre autoridades, los privilegios de los funcionarios y altos mandos; la corrupción gubernamental y por ende la pobreza y con ello la inseguridad. Se trató igual que siempre de promesas de campaña, las mismas que ya se han escuchan y que son utilizadas cada vez que hay tiempos electorales.
Las mismas que escucho en el discurso de la panista Xóchitl Gálvez, con el mismo cinismo y la misma demagogia con que lo hacían sus ahora correligionarios del PRI, y que el pueblo bueno los mandó al basurero de la historia.
Pero como si no entendieran en la oposición, es tal la regresión, en el reciclaje de la historia del dinosaurico PRI, que hoy vemos otra vez a Manlio Fabio Beltrones, exlegislador y exgobernador de Sonora, gustoso de contender por un escaño en el Senado “para hacer que las cosas buenas pasen”, se atreve a decir.
Mientras que el delfín panista Lilly Téllez, se registró también a la candidatura del Senado por Sonora sin olvidar que en 2018 ganó por la coalición de Morena, Juntos Haremos Historia. Sin embargo, en esta ocasión su compañero de fórmula por la coalición Fuerza y Corazón por México, será Beltrones.
Pero dentro de la regresión de la que hablamos, vemos a la precandidata Xóchitl gastando dinero en aviones privados, un privilegio, ¿no?, con mensajes demagógicos dirigidos a la población de “Imagínate vivir sin miedo, imagínate disfrutar cada tarde y cada noche, imagínate poder abrir tus puertas, imagínate vivir sin rejas, imagínate poder despertar con una sonrisa todos los días, sabiendo que nada ni nadie podrá robarte la paz, imagina más, tu mereces más, mereces seguridad”.
El amarillismo por delante, pero hueco en el fondo. Frases tan trilladas que no las creen ni los realizadores de esos spots. La gente está más preocupada por comer, tener salud y trabajo que miedo a salir.
Claro que hay inseguridad, es cosa de todos los días, pero que ellos mismos crearon al convertir a las policías e instituciones de seguridad pública, en refugio de delincuentes, o ya se olvidaron los días del Negro Durazo y su cómplice material Francisco Sahagún Vaca, quienes en la década de los 80, durante el sexenio de López Portillo, se hicieron de propiedades millonarias como titulares del desaparecido Departamento de Policía y Tránsito, donde sembraron la cultura entre sus subalternos de llevarles cantidades de dinero semanal y, estos a su vez, robaban con placa a la población para poder cumplir a sus superiores, convirtiendo esta práctica en un tipo de “usos y costumbres” en todas las policías que perduró por años.
Diferentes épocas, pero mismos propósitos de ir utilizando las instituciones para obtener millonadas de dinero a cambio de protección y complicidad con delincuentes de diferentes niveles de peligrosidad, hasta que se insertaron los narcotraficantes en los 80 y se consolidaron en el poder cuando ingresó Genaro García Luna al gobierno de Carlos Salinas, que heredó Fox y se consolidó como secretario de Seguridad Pública con Calderón.
Que no se olvide.
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