MUJER A LA PRESIDENCIA
POR: Héctor Ramos
Viernes 8 de septiembre, 2023
La segunda etapa de la Cuarta Transformación ya está trazada, una vez que la ciudadanía decidió que sea Claudia Sheinbaum quien la encabece y con ello, por primera vez en la historia de este país, misógino y machista, se podría tener a una mujer en la presidencia de la República, que no en el poder, porque éste mal ejercido, se convierte en imperio.
Luego entonces, será Andrés Manuel López Obrador, quien pasará a la historia, no sólo como el mejor presidente de México de la época contemporánea, sino el primer mandatario que no práctico el “dedazo” y, por el contrario, propuso en la terna a una mujer como aspirante a la candidatura presidencial.
Claudia llega a la competencia presidencial, que inició oficialmente en este mes, con un alto grado de posibilidades de convertirse en presidenta de México, con todo lo que ello implica: como parte del empoderamiento de la mujer, pero, además, que sería la primera presidenta de izquierda en nuestro país, para goce de quienes simpatizan con esta doctrina que defiende la igualdad y justicia social en un sistema democrático.
Ahora, lo que es cierto, es que no es la primera vez en la historia reciente de este país, que una mujer aspira al cargo, ha habido al menos seis mujeres que ya fueron candidatas a la presidencia de la República. En 1982, Doña Rosario Ibarra de Piedra fue candidata por el Partido Revolucionario de los Trabajadores, (PRT); luego en 1994, dos mujeres fueron postuladas: Cecilia Soto por el Partido del Trabajo (PT) y Marcela Lombardo Otero, por el Partido Popular Socialista, (PPS).
En 2006, Patricia Mercado aspiró a la presidencia por el Partido Social Demócrata (PSD), que digamos fue la primera mujer en competir por la presidencia en México del siglo XXI.
En tanto, el Partido Acción Nacional, de ideología de derecha que se distingue por su marcada inclinación conservadora de la moral y la distribución de la riqueza concentrada en pocos grupos de poder económico, postuló a Josefina Vázquez Mota en 2012; y en 2018, como candidata independiente, participó Margarita Zavala, esposa del expresidente de Felipe Calderón. Todas con muy baja votación al momento del conteo electoral.
Para el 2024 se suma la panista Xóchitl Gálvez, que, si no pasa otra cosa, será la candidata presidencial del Frente Amplio por México, esto luego de que el PAN, el PRI y el PRD, antiguos “adversarios políticos”, dieran su total apoyo a la aspirante presidencial.
En el umbral electoral se percibe un reclamo velado de Marcelo Ebrard al presidente Andrés Manuel López Obrador, a pesar de que él declinó en dos ocasiones a favor del mandatario, lo que hace que en esta coyuntura política se recuerde la figura de Manuel Camacho Solís, considerado el mentor de Ebrard y cercano al expresidente Carlos Salinas de Gortari.
Por esa cercanía, Camacho Solís, ya se veía como candidato a la Presidencia de la República en 1994; sin embargo, el candidato terminó siendo Luis Donaldo Colosio Murrieta y la reacción de Camacho fue la del “político que no sabe perder y que estuvo a punto de convertir su rabieta en una escisión del PRI”, según narró el periodista Fernando Orgambides, en El País.
Esta actitud arrogante de Camacho Solís le impidió ganarse simpatías al interior del PRI, lo que exactamente está sucediendo con Marcelo al interior de Morena. Seguramente para López Obrador, esta postura adoptada por el excanciller no ha caído bien, porque rompe con lo que siempre ha dicho el mandatario, que en Morena lo que importa es el proyecto y no la persona; una acción que bien podría ser catalogada por AMLO, como la de un “ambicioso vulgar”. En ese papel podría terminar Marcelo Ebrard si no se queda en Morena.
–oo00oo—
“La ‘crisis’ se redujo a una manifestación personal de Camacho, que al final no representó problemas mayores. La postulación de Colosio tuvo lugar sin desprendimientos de militantes ni de organizaciones del PRI; se había logrado mantener la cohesión interna del partido”, remató.
