
Por José Sobrevilla
Si algo ha tenido Carlos Padilla Ríos es una profunda tenacidad para llevar adelante la revista Zócalo, pero sobre todo impulsar la calidad de contenidos que, a lo largo de 21 años, cumplidos el pasado 15 de septiembre, ha ofrecido en lo que se refiere al análisis de los medios de comunicación, el periodismo y sus actores; sin embargo, esta labor desafortunadamente no ha sido suficientemente destacada, por lo que, aprovechando la presencia del comunicador, director de la revista, durante la conferencia de prensa mañanera, solicitamos unas palabras sobre este acontecimiento.
Le comento que Carlos Padilla Ríos, riguroso periodista, es egresado de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales de Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, en la licenciatura de Comunicación Colectiva y Periodismo y, entre otras actividades, ha sido redactor y reportero de la prestigiada Radio Educación.
– ¿Cómo surge la revista?
La iniciativa del nacimiento de la revista Zócalo se dio dentro de un grupo de reporteros pertenecientes a la Fraternidad de Reporteros de México, FREMAC, poco antes del año 2000, y que hoy dirige Raúl Correa. En aquellos tiempos Carlos Padilla estaba a cargo del periódico “Los Periodistas” que editaba la FREMAC y que era lectura obligada de los estudiantes de comunicación.
– ¿Por qué se llamó “Zócalo”?
Porque en su origen fue una publicación orientada a ventilar los asuntos del gremio periodístico, pero también los de la Ciudad de México; sin embargo, como en todo proyecto nuevo, donde siempre se junta gente, nos fuimos adecuando y hasta acudimos con pintores, fotógrafos y otros artistas a quienes explicamos la importancia de una revista con estas características, y como siempre, el gremio artístico ha sido muy solidario en proyectos ciudadanos, por lo que nos donaron obra plástica y fotográfica y con ello reunimos algunos recursos para arrancar y posteriormente también buscamos publicidad.
Inicialmente Zócalo fue un tabloide quincenal de 32 páginas que duró con esta periodicidad cerca de cuatro años, sin embargo, por falta de recursos –en 2005– no pudimos seguir sacándola cada quince días y la ampliamos a cada mes, pero ahora en formato de revista. Invariablemente sus contenidos han sido escritos por catedráticos universitarios, analistas y periodistas. Es una publicación que desde aquel tiempo ha sido mensual. Llegamos a conformar una empresa periodística hecha por periodistas y analistas y, siempre hemos impulsado los temas de la comunicación política, la libertad de prensa, el derecho a la información, las fakenews, el secreto profesional de los periodistas, y los derechos de las audiencias en cuanto a temas afines. Ahora estamos en Internet, y en todas sus vertientes de redes sociales.
Como todo proyecto independiente, hemos venido enfrentando una serie de dificultades en el aspecto periodístico como es la falta de recursos, factores administrativos, de circulación; sin embargo, desde 2005 nos hemos mantenido circulándola en establecimientos comerciales y sigue siendo de carácter nacional. Hemos sobrevivido por el apoyo y solidaridad de catedráticos e investigadores quienes entienden que temas como estos, por el bien de las audiencias, es importante ventilarlos. Actualmente sólo puede conseguirse en Sanborns porque las universidades, por la “pandemia” siguen cerradas y las librerías del Fondo de Cultura Económica, El Sótano, y Gandhi dejaron de distribuir revistas.
“Nosotros no tenemos fines de lucro, sino más bien hacemos hincapié en estos temas”. Por ejemplo, revela, la edición de septiembre la hemos dedicado a los “100 años de la Radio en México”, y en ella tanto profesores de la UNAM, Universidad Autónoma de la Ciudad de México, UACM, de la Universidad Autónoma Metropolitana, y otras instituciones, así como periodistas independientes escriben sobre estos primeros cien años de la radio en México a través de sus distintas épocas; desde el inicio de este medio de comunicación con instrumentos rústicos, su evolución tecnológica, y todas sus distintas épocas desde los cuarenta hasta los noventa”.
– ¿Cómo se ve desde Zócalo la creación de un “Quién es quién en las mentiras de la semana” como segmento de las conferencias mañaneras?
A partir del comienzo de este gobierno estamos siendo testigos de un cambio radical, sustancial respecto a la relación entre las empresas mediáticas y el gobierno del presidente López Obrador. Es un cambio de 180 grados sino es que más; un cambio revolucionario porque se ha roto esta complicidad entre los negocios mediático-empresariales y el poder político; dirán algunos que se le sigue otorgando recursos a muchas empresas mediáticas, pues sí, porque son las que siguen dominando el panorama de los medios de comunicación; son los que tienen mayor alcance a nivel nacional y el gobierno tiene la necesidad de informar sus políticas públicas para que lleguen a todos los rincones del país.
En este sentido, el gobierno está ejerciendo también su derecho de réplica y los periodistas tenemos el derecho de informar y analizar, pero también cualquier ciudadano, incluso el C. Presidente está en su derecho a replicar y dar su versión de los sucesos informativos. Es conocido por todos que, durante décadas, quizás sesenta o setenta años, las empresas de comunicación fueron las voceras de los gobiernos en turno; y ahora ya se rompió esa vocería. Hoy sabemos que algunas de las empresas mediáticas tienen hospitales y otro tipo de negocios que se han hecho al amparo de esos intereses coludidos con el poder político.
– En lo personal, ¿Cómo interpretas el que un presidente establezca conferencias mañaneras diarias?
– Yo creo que es otro acierto del gobierno federal. Recordemos que los presidentes anteriores se escondían, no daban conferencias de prensa, tenían un pool de reporteros que siempre preguntaban y a quienes siempre se les daba la palabra; hablo de Televisa, TV Azteca, o los periódicos que siempre favorecieron las políticas públicas de Peña Nieto, de Calderón, de Fox o de Zedillo o Salinas; eran voceros totalmente del poder político.
Ahora, este tipo de conferencias diarias del presidente López Obrador, son un avance gigantesco, porque él contesta todos los días a la prensa y muchas veces esa prensa es crítica hacia las políticas públicas, lo cual está bien. El Ejecutivo de la Unión utiliza las conferencias no solamente para dirigirse a la prensa, se dirige también a sus seguidores, y todos los días también escuchamos a un mandatario informado, crítico, autocrítico, y los ciudadanos a través de las mañaneras son informados… sí, es la versión oficial, pero muchos ciudadanos le siguen creyendo al presidente porque mucho de lo que dice está cercano a la verdad.
– Por estos 21 años ¿Qué mensaje mandas a tus lectores y seguidores?
Creo que los ciudadanos deben ejercer su derecho a la información en el más amplio sentido de la palabra; deben ser exigentes con los medios de comunicación y, en la medida de lo posible, cotejar las informaciones, no dejarse llevar por las noticias falsas, las informaciones exageradas que circulan en las redes sociodigitales. Los ciudadanos, a través del tiempo, ya saben de qué pie cojean los periodistas, sobre todos los comunicadores oficialones. Todo mundo conoce a López Dóriga, Javier Alatorre, los periodistas de Excélsior, quienes a falta de más recursos se dedican ahora a criticar todo tipo de políticas públicas.
Otro acierto de este gobierno, más allá de los cien compromisos, sin proponérselo, ha sido crear en el país otra prensa opositora, misma que con sus pros y contras, tiene la virtud de ser muy crítica pero no siempre sus versiones, la información que difunden, se acercan a la verdad. Más bien trabajan para mantener sus intereses económicos. He ahí su importancia.
Nota: La revista Zócalo la encuentra en https://www.revistazocalo.com/ (costo en presentación impresa de $60.00 de venta en Sanborns) y actualmente en la versión digital se anuncia el No. 253 “Debate global para regular redes”.