• Enfermera y paciente se suicidan por COVID
  • Echan del hospital a un desahuciado

SÓLO EN MÉXICO

Brenda Fonseca

Dicen que como los mexicanos no hay dos y es que dígame usted en qué país del mundo le dan actas de defunción sin que exista un muerto ¿? Pues claro ¡SOLO EN MÉXICO! Y es que en este suelo bendito de dios puedes obtener de manera ilícita un certificado de preparatoria, un título universitario, pero un acta de defunción y que sea el propio gobierno quien la expida, con todas las connotaciones legales que ello implica, eso sí son palabras mayores. Durante el gobierno que Rubén Moreira encabezó en Coahuila (2011-2017), ante la imposibilidad de encontrar a un sin número de personas declaradas como desaparecidas, en 2015, a su gobierno no se le ocurrió mejor idea que extender actas de defunción de los no encontrados, para “dar respuesta a los deudos”, cuando en realidad se trata de dar carpetazo a este asunto, pues cabe mencionar, que en su oportunidad los familiares de los desaparecidos, ni se enteraron que sus ausentes fueron declarados muertos, no por un médico o un forense, sino por la propia autoridad, quien ni les avisó. Esta estrategia es ilegal a todas luces, viola el derecho de los familiares de buscar y encontrar a sus seres amados, además coarta la posibilidad de exigir a la autoridad que continúe la búsqueda, porque para ella están muertos. Ariana Denise García forma parte del “Colectivo de búsqueda” en Piedras Negras, Coahuila, y ella al igual que las personas que forman esta agrupación exigieron la nulidad de dichos certificados, pero el actual gobierno de Miguel Riquelme, lejos de darles la razón y revirar el asunto, se la pasa echándole la culpa a su antecesor (Rubén Moreira), pese a que ambos son priístas. La realidad es que no se busca a quién murió, porque viste su cadáver, lo sepultaste o incineraste, pero cuando no tienes una tumba dónde llevar una flor, cómo pueden decirte que está muerto, cómo pueden darte un acta de defunción, “como si aquí no hubiese pasado nada”. **** Tras desahuciarlo, personal médico de un hospital echó a la calle a un hombre, el cual horas después murió como un perro. A inicios de semana, Víctor Ortiz Vasialeño de 52 años, llegó por sus propios medios hasta el Hospital General de Tlapa, Guerrero, donde le diagnosticaron Cirrosis hepática en fase terminal, pero al ver que iba solo y que en consecuencia no había quién pagara estudios médicos, pues mejor decidieron liberar la cama hospitalaria que ocupaba este paciente, a quien fueron a tirar al arco de Tlapa, donde permaneció casi un día, tiempo en que varias personas intentaron ayudarle, pues el dolor provocado por su enfermedad lo hacía gritar pidiendo auxilio, ante la mirada de muchos indolentes que pasaron por el lugar, sin asistirlo, dejándolo a su suerte, como si no existiera, sin condolerse, sin ponerse en el lugar del otro. Así transcurrieron las horas y cayó la noche, sin que nadie hiciera nada por él, hasta que a la mañana siguiente los policías durante un rondín lo reportaron muerto. Las autoridades de este lugar aseguraron que el caso no quedará impune, que ahora se hará justicia y ya para qué, si lo que tenían que haber hecho es hacer valer lo dispuesto en el artículo 4to. Constitucional, el cual establece el derecho de este hombre y de cualquier connacional a recibir asistencia médica, porque sí, se debe castigar a los responsables o mejor dicho irresponsables que lo sacaron del hospital, pero eso créanme no le devolverá la vida a esta persona. **** En casos por separado, un paciente y enfermera se suicidaron tras contagiarse de Covid-19. Ambos sucesos tuvieron lugar en Guerrero, el primero de ellos se suscitó en un hospital privado del puerto de Acapulco, donde fue internado Rodolfo “N”, cuando presentó los primeros síntomas de la citada enfermedad. Trascendió que, en un descuido de las enfermeras a cargo, el hombre de 49 años de edad subió a la azotea del edificio donde se alberga el nosocomio, desde donde se lanzó al vacío, ante la mirada atónita de los transeúntes, quienes nada pudieron hacer para evitar que se estrellara contra la banqueta de la Costera Miguel Alemán, logrando así su objetivo. Familiares que se presentaron para hacer el reconocimiento del cuerpo, mencionaron que Rodolfo tenía pánico de contagiarse, ya que semanas atrás fue testigo de la batalla que perdió su hermano ante esta enfermedad, siendo este el motivo que lo orilló a buscar la puerta falsa. Situación semejante fue la que enfrentó María del Carmen “N”, enfermera que formaba parte de la primera línea en el Hospital General de la capital del estado. Citan sus compañeros que pese al temor que tenía de contagiarse siempre cumplió, estuvo dispuesta a ayudar a los pacientes, pero que fue precisamente la evolución, secuelas y en muchos casos el fatídico desenlace de varios de sus pacientes, lo que la orilló a tomar la fatal decisión, al ingerir un coctel de medicamentos, cuando se encontraba sola en su domicilio, por lo que para cuando fue hallada por sus familiares ya era demasiado tarde. **** En fin, esto pasa SOLO EN MÉXICO.

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