Por José Sobrevilla

Para nadie es secreto que los principales editores de los grandes medios de comunicación y los dirigentes o fundadores de las corporaciones más importantes del planeta han formado parte de lo que han llamado red o club Bilderberg: The Economist, The Washington Post, Facebook, Bloomberg, Fundación Bill y Melinda Gates, Microsoft, Virgin Group, LinkedIn, Amazon… Son algunos de ellos; pero si tiene dudas puede consultarlo, entre otros, en el libro de Cristina Martin Jiménez “La verdad de la pandemia” (Editorial Planeta)[1]; sin embargo, llama la atención que, en noviembre 2020, The Economist –fundado por el banquero y empresario James Wilson– publicó “The World In 2021” que, como podrá ver, es una importante ventana porque saben de lo que escriben.

El Grupo The Economist, es una compañía de medios de comunicación multinacional, con sede en Londres, que se ha especializado en información financiera y asuntos internacionales. Fue 50% propiedad de Pearson PLC (compañía británica editorial y de servicios educativos multinacionales) a través de The Financial Times Limited desde 1957 hasta su salida en 2016[2]. Gran parte de sus acciones estaban en manos de accionistas individuales y magnates como Cadbury, Rothschild, Schroder y Agnelli, quienes han sido miembros de ese famoso Club Bilderberg, quienes en 2017 apoyaron la campaña electoral del político francés Emmanuel Macrón (Emmanuel Jean-Michel Frédéric Macron), vigesimoquinto presidente de la República Francesa y copríncipe de Andorra desde 2017. También se sabe que algunos de los trabajadores de la publicación tienen participaciones accionarias mínimas.

En internet podrá encontrar que en su línea editorial han apoyado la libertad económica, el libre comercio, la globalización, la inmigración, y el liberalismo cultural, y que ellos mismos han definido como “un producto del liberalismo de Adam Smith y David Hume”. También, entre otras cosas, que buscan influir en cargos de responsabilidad política y económica, por lo que su público objetivo ha sido siempre la clase alta familiarizada con el lenguaje económico. Sobre el papel que han jugado los más ricos del mundo en la actual “pandemia” puede revisar “La guerra de las vacunas y el liderazgo ausente”[3] que publicamos en diciembre 2020.

Pero, como humanidad, ¿Qué futuro nos espera?

Ellos dicen que el trabajo a distancia se quedará igual y seguiremos trabajando en línea desde nuestras casas cada vez más adaptadas y con reuniones en lugares divertidos y diferentes para socializar y conectar. Serán creados múltiples espacios para grandes juntas digitales con todas las soluciones; y que nadie querrá vivir más en el tráfico ni en la vorágine de la información y trabajo convencional otra vez.

Las oficinas cerrarán en un porcentaje altísimo y el modelo atrasado será retomado por tecnologías de vanguardia; también que cada día tendremos más asistentes digitales para trabajar en forma eficiente y los grandes corporativos serán recordados por siempre como los enormes mamuts de 1980-2020 en extinción. Los hoteles de convenciones desaparecerán en por lo menos 50% y jamás regresan los viajes, congresos o reuniones de trabajo como eran, siempre que se puedan sustituir en línea. Las llamadas poco a poco se convertirán en videollamadas y, las juntas internacionales y los grandes congresos serán juntas en línea, especialmente sobre sistemas tecnológicos. Habrá nuevos lanzamientos de productos en forma digital y tecnologías novedosas.

Los hogares se irán convirtiendo en casas modernas con más tecnologías incorporadas y se adaptarán al trabajo diario. La mayoría de las empresas se dedicarán a solucionar las necesidades de trabajar desde casa que, en algunos, casos cambiarían de ubicación. Se podrá vivir fuera de una gran ciudad, trabajar igual y generar el mismo valor.

La productividad ya no dependerá de un jefe que nos revise, porque una plataforma será la que mida los resultados, KPI’s (indicador clave de rendimiento) y tiempos eficientes. Será replanteada la forma de contratar al mejor personal del mundo y desaparecerán las empresas convencionales de reclutamiento de personal porque será más fácil, económico y eficiente contratar personal local y extranjero por Internet.

Plantea The Economist que todo lo rutinario se volverá virtual y en esquema de suscripción; desde iglesias, arte, gimnasios, cines, entretenimientos. En ocasiones iremos a esos espacios físicos, pero la baja demanda no permitirá mantener las infraestructuras. Habrá menos instituciones o espacios de este tipo y llegarán pronto los servicios sofisticados a domicilio por medio de Realidad Virtual.

Desaparecerán las empresas que no inviertan por lo menos 10% de su capital en nuevas tecnologías, porque las tradicionales llegaron a su fin en 2020; aunque con recursos limitados, requerirán más certidumbre y mejores inversiones. Una empresa tecnológica, nueva y pequeña, podría desbancar a otra que lleve 50 años haciendo lo mismo. Será cada vez mayor el modelo “dark kitchen”, (restaurantes virtuales), que atenderán exclusivamente a clientes a través de la entrega en función de pedidos telefónicos o en línea.

El turismo de entretenimiento regresará totalmente fortalecido en el segundo semestre de 2021, acompañado siempre con mucha tecnología en su operación, desde la compra, operación y las experiencias a recibir. Más que nunca apreciaremos visitar lo natural, pero con soluciones altamente tecnológicas. La interacción dinámica será la base del entretenimiento del futuro.

Las grandes plataformas de datos personales cambiarán, y la gente preferirá pagar servicios por suscripción para controlar el manejo de información personal. Las grandes marcas valdrán más por su credibilidad. “Todo se podrá copiar o replicar, menos el prestigio”, señala inauditamente The Economist.

Los empleos se reducirán dramáticamente, pues muchas funciones y operaciones simples las resolverá la Inteligencia Artificial y, para 2024, ésta manejará operaciones complicadas en millones de lugares. Su adopción general iniciará en 2021 y se aproximará una muy grande temporada de despidos globales. El desempleo se dará por razones multifactoriales y no solamente a consecuencia de la crisis económica.

La educación nunca volverá a ser igual, ya que será presencial pero tecnológicamente adaptativa, donde cada quien tendrá lo que necesita. Estudiar Offline e on-line será lo normal, y las escuelas y universidades se transformarán en un esquema híbrido para siempre. Se regresará al esquema de contratar gente muy preparada para llenar puestos importantes, pero se aceptarán candidatos sin título universitario para puestos menos importantes, en caso de que tengan la experiencia necesaria.

Con tecnología a distancia, el sistema médico se irá adaptando a lo digital para siempre; una cita médica en teleconferencia será lo normal y, para sentirse seguros, la gente seguirá haciéndose pruebas de Covid-19 rápidas por todo 2021. La vacuna se acelerará mucho, pero encontrará grandes retos en el camino. Por la pandemia los grandes hospitales replantearán su operación por las crisis económicas sufridas por el Covid-19, y la gente enfermará menos de virus y bacterias gracias a una limpieza escrupulosa en el manejo de alimentos.

Los patrones de consumo personal sufrirán grandes cambios, pues surgirán nuevas formas de comercio y la gente tenderá a ahorrar más. Un porcentaje alto del gasto familiar será destinado a actividades que hoy no se pagan y se reducirán otro tipo de adquisiciones. La compra de artículos como ropa elegante será sustituida por prendas casuales, y la electrónica continuará siendo el producto más apreciado y adquirido un año más.

Crecerá el comercio en línea, donde Facebook, Tik-Tok y YouTube competirán descarnadamente con Amazon. El 50% de las tiendas físicas globales cerrarán y las que sobrevivan será para vivir experiencias y show rooms (donde vendedores o fabricantes exponen novedades a compradores), y para finales de 2024 el comercio real será mayormente en línea que presencial en muchos rubros. A largo plazo, muy pocos de los grandes centros comerciales sobrevivirán.

Será un tópico recurrente de conversación el cambio climático, el cual será muy apoyado y las grandes industrias seguirán transformándose y se generalizará el uso de la Inteligencia Artificial para ambientalmente hacer mejor y más sostenible la producción de bienes y servicios. Gracias a la transformación de las ciudades, la adopción de bicicletas como transporte principal seguirá creciendo, y el tema del Covid dará paso al cambio climático como principal preocupación.

La credibilidad y transparencia será la piedra angular de todas las empresas de información, donde crecerán los nuevos modelos de información y noticias por suscripción, las que, con más transparencia, ayudarán a dar contenidos y opacarán a las “fake news”. El hartazgo de la gente por tanta información, hará que se prefieran los sistemas dirigidos y normados por expertos para interactuar en redes. La inmediatez seguirá siendo altamente valorada.

La salud mental se convertirá en un tema recurrente y grandes plataformas ayudarán a sobrellevar las situaciones de agresividad, soledad y angustia que se han vivido al estar aislados. Será complicado volver a trabajar nuevamente en equipo; y las crisis de liderazgo en las empresas serán cada día más comunes. Las grandes problemáticas como educación, salud, energía, seguridad, política, y la destrucción de la clase media, tomarán los reflectores y las empresas tecnológicas desarrollarán soluciones.

Se invertirán grandes capitales para hacer el bien, mientras se resuelven los problemas globales. El emprendimiento social entrará a su máxima expresión con resultados económicos sustanciosos; y todo se volverá a lo natural y saludable: comida, experiencias y formas de interactuar. Producir los propios alimentos, meditar y ejercitarse, pasan a ser parte del día a día. Se fortalecerá también el consumo local y, ser más sano, será el “nuevo lujo”. Los productos suntuosos irán perdiendo valor y justificación. El reciclado regresará con más fuerza y con grandes tecnologías que iniciarán y resolverán realmente los problemas generados en el pasado.

Así, el mundo estará viendo este 2021 un nuevo inicio. Un renacimiento. Se replantearán las metas personales, de trabajo, salud, dinero y del espíritu. Grandes oportunidades vendrán para satisfacer todos estos requerimientos y cambios de pensamiento. Tendremos un nuevo inicio anclado en valores fortalecidos. Muchos comportamientos serán transformados y jamás regresarán. Acumular, consumir y vivir por lo material pasa al lado negativo de la conversación. Las directrices estarán definidas; simplemente habrá que encontrar las nuevas rutas personales o empresariales.

Hasta aquí lo más representativo de las predicciones que detecta The Economist; revista que en mayo calificó al presidente López Obrador como “Falso mesías” (mayo 29/2021) con la cabeza “Los votantes deberían frenar al hambriento presidente de México”. Andrés Manuel López Obrador persigue políticas ruinosas por medios indebidos.

Será tal vez el apocalipsis de la modernidad como la conocemos, o que la revista que ha publicado diversas notas contra el gobierno del presidente López Obrador, ¿se ha convertido en la vocera de las “travesuras” de los más ricos del mundo? Sin duda, muchos de estos cambios usted y yo ya los hemos observado, pero nos negábamos a creer que eran parte de un complot mundial.

Nota: Texto elaborado con información circulada por redes sociales y muchas de ellas verificadas en The Economist por internet.


[1] https://www.planetadelibros.com/libro-la-verdad-de-la-pandemia/318392 Consultado el 06.08.2021

[2] https://es.wikipedia.org/wiki/The_Economist Consultado el 06.08.2021

[3] https://pepesobrevilla.com/2020/12/27/la-guerra-de-las-vacunas-y-el-liderazgo-ausente/ Consultado el 06.08.2021

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